Primer episodio - Encuentro 7/4

Por Alicia Gallegos

Este encuentro debió comenzar con la audición de los temas musicales ANTARA Y QHAPAQKUNAP y por las razones tecnológicas conocidas por todos los asistentes no se pudo realizar. Estas composiciones musicales fueron ejecutadas por la Orquesta de instrumentos autóctonos y nuevas tecnologías de la Universidad bonaerense 3 de febrero (UNTREF). Nuestra intención era comenzar el curso con un dispositivo no discursivo como anticipación a la problemática a desarrollar. Igualmente, ésta es una buena ocasión para hacerlo antes de continuar con la lectura de este escrito y para ello pueden buscarlo en YouTube.

Esta experiencia musical que ha viajado por muchos y variados lugares del mundo, entre ellos, Francia, Argelia, China, Sudáfrica, Egipto, Yakarta, México, Lituania, Puerto Rico, Chile, Polonia, Túnez, Nueva Zelandia y otros más, implica la construcción de nuevos saberes con relación a los instrumentos autóctonos con tecnologías digitales. Esta orquesta fue fundada en el año 2004 por el compositor, director, investigador y educador argentino Alejandro Iglesias Rossi y la educadora, eutonista, musicóloga, iconografa y directora de Artes Escénicas y Visuales Susana Ferreres. Desde el momento de su creación la Orquesta ha realizado un trabajo interdisciplinario que abarca las áreas de investigación en el área de composición, interpretación, lutería y creación de máscaras, buscando así reunir las diferentes áreas del conocimiento relacionadas con la música. Parte de la concepción de otorgar a los instrumentos nativos de América la misma "dignidad ontológica" que a los instrumentos heredados de la tradición europea y los desarrollados por la tecnología digital. Asimismo, busca salvar la brecha, la compartimentación (heredada de una cierta concepción tardía en la historia de la música), entre el compositor y el intérprete. Por ello, todos los integrantes son a la vez creadores y ejecutantes de sus propias obras, constructores de muchos de los instrumentos que interpretan y de las máscaras que se utilizan en los conciertos (Wikipedia). Lo que queremos subrayar es que la fabricación y ejecución de estos instrumentos responden a otra lógica diferente de la europea, pero con una complejidad creativa similar.

Probablemente surja la pregunta ¿y esto qué tiene que ver con las filosofías en fuga? ¿Por qué filosofías y no filosofía? A su vez estas filosofías como herramientas de análisis de distintas problemáticas relativas a la psicoterapia, la comunicación, la educación, el arte y la política. En un primer esbozo de respuesta podemos decir que la filosofía triunfante en Europa y transmitida a América es la que sostiene la verdad de un pensamiento único, el pensamiento del ser o metafísica del ser y de la permanencia, un pensar que se piensa a sí mismo. Ésta ha sido y aún es el monopolio de la filosofía triunfante esparcida por América. Sin embargo, ha habido otras filosofías menores en el viejo continente, designadas como pensamientos bajos, entre ellas, todas las filosofías del cambio y del movimiento desde Heráclito, los estoicos, epicúreos, nominalistas de la Edad Media, Spinoza, Leibniz, Nietzsche, Bergson, etc. es reveladora la contribución de un pensador nuestro, Enrique Dussel, quien considera que los europeos han inventado caprichosamente las edades de la historia en Antigua, Media, Moderna y Contemporánea a partir del protagonismo y apropiación de los hechos históricos por los europeos. Son interesantísimos los aportes de Dussel en este sentido a los que se puede acceder por sus videos y sus libros.

En una primera aproximación señalamos que las filosofías menores se han diferenciado del racionalismo europeo y han hecho hincapié en un pensar que piensa en relación con un afuera de sí mismo, es decir con las circunstancias. Y en una segunda instancia ponen en cuestión la verdad como verdad revelada por Dios o fundamentada por el Ser. Para ellas, la verdad es una construcción y que en todo caso existen verdades, puntos de vista o distintas perspectivas de concebir el mundo (perspectivismo) Estas son las filosofías que hacen huir o fugar la racionalidad y la metafísica europea.

Ustedes se preguntarán para qué vamos a recurrir a las filosofías menores en el análisis de las prácticas mencionadas y un esbozo de respuesta es que nos proponemos propiciar la modificación de cómo son concebidas dichas prácticas. También debemos hacer la salvedad que lo que vamos a transmitir puede incomodar a intereses corporativos puesto que remite a un campo interdisciplinario más allá de las disciplinas tradicionales. Nuestros planteos responden a nuevos paradigmas ético-estéticos referidos a la salud-enfermedad, la comunicación, la educación, el arte y la política, esferas que podemos incluir en lo que llamamos una clínica ampliada a todas estas experiencias. Nuestro hincapié está puesto en un pensamiento acción basado en la crítica que exprese el devenir de un momento histórico y la producción de nuevas subjetividades que acarrea.

Pero, ¿cómo podríamos definir este devenir? Como movimientos parciales, fragmentarios, imperceptibles que no abarcan toda una estructura dada, sino que se manifiesta a través de encuentros o composiciones entre partes que entrañan un desvío de lo estructurado. O sea que el devenir es molecular o minoritario y no molar o general y se encuentra envuelto por la claridad y despliegue de los grandes relatos históricos y de las grandes instituciones.

Este devenir implica que una intensidad produce un cambio de ritmo que conlleva una transformación a partir de un proceso fragmentario. Los efectos de este proceso pueden generar miedo, parálisis o repeticiones indeseadas o en el mejor de los casos, a través de la clínica promover una apertura a la vida, una línea de fuga para crear nuevos sentidos y nuevos modos de existir. Toda una ética, un más allá de las formas instituidas por la moral, la religión y las instituciones y toda una estética de creación de nuevas formas. La metamorfosis puede darse por saturación de las repeticiones, pero, sobretodo, por creación.

Un comienzo interesante para abordar las filosofías en fuga es el análisis de las nociones de problemática y de falso problema que nos reenvían a los problemas bien planteados y falsos problemas del filósofo francés Bergson (1859-1941). Premio Nobel de Literatura en 1927, filósofo espiritualista, vitalista y anti-positivista del que se ha nutrido principalmente Gilles Deleuze para su proyecto filosófico de una filosofía del tiempo y del devenir.

Su noción de falso problema se define por el más o el menos, por el desorden, la falta o un déficit. Siempre intentamos resolver este problema, nunca nos cuestionamos la formulación de los problemas, si las preguntas están bien o mal planteadas, no nos cuestionamos si éstos son nuestros verdaderos problemas. Y entonces, nuestra capacidad de crear queda obturada por cierta desidia por responder a un mundo dado, reiterativo o naturalizado. Un ejemplo de esto es cuando concebimos el duelo como pérdida y sufrimiento y no la pérdida como un final o muerte que hace que la vida libere nuevas potencias. Un problema bien planteado es cuando dejamos mirar al otro como espejo de lo que sentimos que nos falta, cuando nos guía no el por qué sino el para qué del conflicto, cuando determinamos cuál es la base de la competencia y de la envidia o cuando descubrimos qué encubre la lucha de poder, la sumisión a las jerarquías o a algún ideal. Todos estos son agenciamientos o modos pensar, sentir y vivir ligados al deber ser que conllevan la postergación eterna del aumento o variación de la potencia de existir. La búsqueda de la pareja, evitar la soledad, la obsesión por un orden a alcanzar, la demanda de un otro que nos dé beneficios, cuidado y protección son tantos ejemplos del falso problema. El falso problema parte de una esencia, del ser o de una realidad predeterminada y previsible opuesta a la nada, en consecuencia, hoy vemos el sometimiento a un ideal preformado, el logro de resultados o sea, la eficiencia máxima y el éxito. Plantear bien el problema es evitar partir de una falta inaugural y afirmar nuevas composiciones para vivir, una soledad a poblar donde siempre se suma y nada falta, en fin, sustituir el deber ser por lo que el cuerpo puede, como decía Spinoza, filósofo holandés , “menor” y moderno (1632-1677) Plantear un verdadero problema es ir más allá de la racionalidad e incluir el cuerpo y el afecto, motores de la transformación y el cambio. Explorar lo incierto en medio de la caída de la seguridad laboral, del salario y del aval del Estado que puede vivirse como una gran frustración o como la posibilidad de la variación a partir de la multiplicidad de líneas que somos. Nuestra vida es el arte de plantear y resolver problemas y la historia de la humanidad se ha construido sobre la base de verdaderos o falsos problemas y ha dado lugar a sujeciones o liberaciones.

Aún más, el acto creativo es el planteo del problema y las soluciones que pueden ser diversas llegan por añadidura. Tal es el caso que se da cuando afirmamos nuestras acciones y ellas desencadenan el éxito, el prestigio o el dinero sin que haya sido planteados como metas u objetivos y que una vez obtenidos no resultan importantes al lado de lo vivido.

En síntesis, la problemática, el verdadero problema o problema bien planteado desarrolla perspectivas aún no desplegadas que tiene que ver con las circunstancias, el cuerpo y el afecto y pueden aplicarse en patologías de nuestro siglo como los trastornos de tipo narcisita, anorexia, bulimia, pánico, TOC, efectos del consumo de distinta índole, todas manifestaciones que comulgan entre sí por un común denominador que es la pérdida del sentido, desfondamientos subjetivos o crisis de marcos estructurantes como la familia y el empleo estable.

Existen en nuestro país procesos colectivos de apropiación de modos posibles o nuevas formas de hacer política que debemos incentivar y continuar en los desarrollos de movimientos de mujeres, ecologistas, antidiscriminatorios de diversos tipos que constituyen lo que hemos dado en llamar clínica ampliada o micropolítica.

En otro orden de producciones y más allá de las prácticas psicoterapéuticas podemos pensar la música americana propuesta para el comienzo de nuestro encuentro y enunciar un falso problema diciendo que la música de América es inferior a la de Europa. El problema bien planteado o problemática concibe esta producción musical a partir de la historia de los instrumentos autóctonos como parte del acervo de lo dado pero, a su vez, crea algo nuevo a partir de un colectivo interdisciplinario y constituye toda una geocultura del hombre americano. Esta expresión ha sido acuñada por nuestro filósofo argentino Rodolfo Kusch (1922-1979) quien problematiza nuestra filosofía más allá del ser. Kusch diferencia el ser europeo del estar americano. Los europeos nos trajeron el falso problema, ser alguien porque todavía no somos. En cambio, para Kusch el verdadero problema es la caudal inagotable del estar y la producción cultural, el arte musical en nuestra referencia, surge de un equilibrio entre el caos y el orden, de un sentir previo a la reflexión.

La música con sus ritmos y sonidos son flujos creadores que conjuran los miedos y máscaras que impiden escuchar la voz de la tierra. El suelo que habitamos gravita para “crear el mundo de nuevo”

El estar se manifiesta en esta gravidez del suelo o sea en dar respuestas propias, originales que escapen a los condicionamientos de esquemas ajenos. El estar aquí o lógica de la negación implica un redimensionamiento del hombre, una problemática existencial bien planteada, un estar distinto del mero estar frente al ser o la nada. Un sujeto que puja por liberarse de la ficción de “ser alguien”

Para Kusch, la cultura americana se basa en la relación orden y caos que se complementan en constante tensión, confianza y temor, resistencia en lo propio y destrucción de lo ajeno, práctica de la inclusión frente a la exclusión de la racionalidad.

La idea de problemática se pone en juego en la categoría existencial de pueblo más allá de la categoría sociológica. Pueblo es lo inexpresable, de allí su silencio que se prolonga en el gesto, en el rito, en la costumbre o en nuestro caso en la música.

Pueblo incluye mito y racionalidad y la cultura es el inconsciente social, el suelo y el símbolo. Este último es la estrategia de vida antes que la racionalidad, es un modo de vivir. Kusch dice algo muy bello: “Hay palabras comunes y palabras grandes. La palabra común se dice para determinar, para decir esto es, aquello es, para determinar causas. Pero la palabra grande trasciende la palabra común, dice más de lo que expresa, abarca un área mayor, dos formas del lenguaje, el de la lógica occidental y el de una lógica de la negación. El primero es el lenguaje de la determinación y el segundo lenguaje de la indeterminación. El primero es el lenguaje de la ciencia y el segundo es el lenguaje de la poesía por su naturaleza emocional y simbólica. El símbolo surge de la indigencia del sujeto, un sujeto larvario, ensayo de ser, un sujeto deconstituido, pura accidentalidad, el estar de los mitos, los ritos, la cultura no como lo ya dado sino como la producción de nuevos sentidos ,incesante, como lo comprobamos en la música escuchada, toda una geocultura del hombre americano. Somos pueblo antes de la reflexión, un sujeto originariamente deconstituido productor inagotable de nuevos sentidos.

Escuchar esta música con sus danzas, sentir el suelo, lo propio, nos reenvía a la América profunda, a su estar siendo y no procurar ser sin estar.

La filosofía de Gilles Deleuze(1925-1995) y Felix Guattari(1930-1992) creadores del Esquizoanálisis conciben que somos fuerzas o líneas y que el sujeto es lo último que se constituye como tal y que pasa constantemente por procesos de construcción y deconstrucción. Deleuze en su monografía sobre Hume plantea bien cómo se hace un sujeto y a la par establece la problemática de construcción de lo real. Su regla es “aplicar la prueba de lo verdadero y lo falso a los problemas mismos, denunciar los falsos problemas, reconciliar verdad y creación en el nivel de los problemas” Producir lo real es producir nuevos sentidos en forma permanente.

Cuando hacemos referencia al sujeto entendido como ya constituido, identitario y en relación a un objeto, soslayamos que hay una producción de subjetividad para llegar a esa instancia. La relación sujeto-objeto raras veces se interroga y resulta un conocimiento naturalizado a partir de la modernidad y rubricado por la fenomenología. Nosotros más que dar por obvia esta relación nos preguntamos cómo se hace un sujeto y lo ubicamos al final de un recorrido. Resulta muy distinto pensar en trayectos o procesos en lugar de partir de la relación dogmática entre sujeto y objeto en vez de considerar al sujeto como una estación de nuestro estar en el mundo. En el proceso de producción de subjetividades es preciso discurrir desde el concepto de contemplación como el movimiento de construcción de lo real.

La contemplación es el efecto de la composición entre el individuo y las cosas del mundo entre las cuales él es uno más entre todas las cosas.

Es esta contemplación la que permite la construcción de mundos y desde el inicio no hay sujeto ni objeto. Primero hay impresiones caóticas que se convierten en hábitos para sentir (sensaciones) y después de mucho transitar entre las cosas recién un sujeto apenas larvario se constituye como sujeto del lenguaje.

Resulta así que la problemática se relaciona con recorridos que nada tienen que ver con el espacio sino con el tiempo. Lo que existe es la experiencia del tiempo y no cualquier tiempo sino el tiempo en el que transcurrimos en él, un tiempo que fuga de la cronología y de la vida organizada por metas, objetivos o intencionalidades de algún tipo.

En esta relación entre problemática y tiempo no es casual que haya sido Henri Bergson quien postuló el tiempo como duración o afirmación de un yo profundo a través de emociones intensas. También, él señaló que estas emociones no están determinadas por exigencias sociales que establecen de antemano un deber ser en lo político, en lo social, en el amor, en lo familiar y en lo laboral sino que hay una fuente de indeterminación que es el tiempo intensivo. Diferenció estas emociones de las emociones superficiales que resultan de una reacción al objeto que emociona, por ejemplo, el llanto, la risa y el enojo. Mucho más que esto, las emociones profundas accionan y crean mundos nuevos.

Estas emociones profundas nos permiten salir de la enfermedad humana, liberar las grandes ficciones que nos capturan y arribar a la “gran salud” nietzscheana. El hombre debe ir más allá de la enfermedad a través de la construcción de otros puntos de vista a los que la conciencia no accede, tales como movimientos o ritmos de duración en el encuentro con otros. El movimiento es la energía vital que deviene de múltiples maneras a través de puntos de vista distintos a los de la enfermedad. En el caso de una vida orientada por el deber ser, o por una idea despótica a actualizar o por la obediencia a mandatos culturales, la fuga consistiría en fisurar aquello que nos traba y nos detiene en nuestro recorrido, limitar el yo, modificar el poder por la potencia, salir de la dependencia, vaciar lo que nos frena y sobre esos vestigios construir nuevos modos.

Ligamos entonces, la problemática con la libertad y la ética, ambas nos llevan más allá de lo dado, con una estética puesto que se sale por creación y reinvención constantes y con la política o sea a un mundo mejor a construir con nuevas opciones. Todo esto a través de un proceso de experimentaciones y propagaciones de trayectos individuales o colectivos. En consecuencia, pensar es problematizar, plantear, criticar, crear en relación con las circunstancias que acosan, pensar de otro modo.

Las filosofías en fuga reniegan de la melancolía y del trastorno de ansiedad por un futuro organizado y afirman la duración siempre hacia adelante según el ritmo de lo imprevisible e inédito.
La problemática de la pintura de Francis Bacon 
Por Beatriz Piedrabuena

Trabajamos desde distintos regímenes de signos como modos de expresión (la música, la pintura, la escritura) nos permite plantear el concepto de Problemática y desde ahí inferir que dada la diversidad de las formas de expresión no se puede conceder ningún privilegio al régimen significante.

A la considerar el deseo como cebo ( texto de David Lynch)aludimos a la disposición a conectar, a atrapar algo de lo otro, siempre fragmentario, que se nos escapa..

La hoja en blanco, la tela en blanco, como aquello a “llenar” y cuya “vaciedad” paraliza son, en la escritura y en la pintura, los falsos problemas. La hoja, la tela, la cabeza del artista, están llenos de datos, de clichés, y hay que limpiar, barrer, remover estos datos para hacer lugar a lo nuevo, a lo por decir, a lo por expresar.

El diagrama, o caos-germen, tiene esa función: hacer pasar los datos por el caos (abismo ordenado) para que algo nuevo acontezca. El diagrama, secuencia temporal ENTRE los datos y el hecho pictórico o de escritura, va a enturbiar las formas figurativas del relato y de la imagen.

En lo terapéutico se parte de un relato inicial explícito para desformalizarlo y dejar salir del diagrama una diferencia. El diagrama es desformalización y desterritorialización en tanto traza una línea que sale de la certeza de lo Uno para abrir a una multiplicidad de sentidos .Dice AdrianaZambrini:” No se cambia un relato por otro sino que se modula una relación diferente entre las series en juego para dar lugar a otra figura.”

El diagrama en la pintura es manual: “trazos y manchas insubordinados” en los que la mano se libera de la primacía jerárquica del ojo.

Ya no lo figurativo, la representación (o la dictadura del significante ) sino la presentación, la Presencia, muchas veces inquietante.

Hay una frase de Paul Klee respecto a que la pintura no reproduce lo visible, sino que intenta hacer visible lo invisible, lo que no tiene forma y se alía con las formas para expresarse: las fuerzas.

Analizamos en algunos cuadros de la serie “ Los durmientes “ de Bacon, ( ver imágenes en Google) en el tríptico “ Hombre vomitando en el lavabo” y en un boceto del cuadro del Papa Inocencio II, la presencia de fuerzas de aplastamiento, de derrame, de despegue, de expulsión, de escape del cuerpo.

Estas obras nos dan posibilidad de trabajar el concepto de “ Cuerpo sin Organos “ que Deleuze y Guattari toman de Artaud.

-Bibliografía-
* Deleuze, Gilles- “Pintura. El concepto del diagrama.” Caps I y II.
* Zambrini Adriana- “El diagrama, una modulación” en “Archipiélago- Clínica y Arte del Acontecimiento”.

La problemática de la comunicación
Por Cecilia Pelliza

Para analizar esta cuestión se escuchó la lectura de los cuentos “Gotas” y “ La insmiscuisión terrupta” de Cortázar y se hizo referencia a Funes, el memorioso de Borges.

La pregunta por la comunicación es en este tiempo una pregunta ligada con la pregunta por el sentido de la existencia humana que ella pueda tener. “Las visiones contrastadas de las problemáticas de la comunicación y de sus actores tienden en ese contexto a desaparecer del horizonte teórico y han hecho resurgir al individuo frente las estructuras y a los sistemas, la calidad frente a la cantidad, lo vivido frente a lo instituido.”( Balandier) Queremos proponer una nueva forma de pensar y de vivir la pregunta por la comunicación.Un desplazamiento del punto de vista implica un cambio de paradigma (del griego perdeiknymai, mostrar al lado).

El perspectivismo nos muestra otro lado de lo que estamos contemplando. Así pues, en nuestra indagación nos dirigimos a otros planos, otras dimensiones, otras líneas que incluyen el cuerpo y los afectos para preguntar y formular bien el problema. La ruptura que genera nuestro movimiento hace fugar el modelo racionalista y abre a nuevos horizontes que nos permiten pensar en algo más que en el funcionamiento de un mecanismo sino en la comunicación como metamorfosis o transformación de la subjetividad.

Hoy la comunicación ha desbordado los límites de esa mirada racionalista y nos ha trazado nuevos lugares de pregunta, inscribiéndonos así en nuevos territorios de pensamiento y abriendo nuevas posibilidades de acción. El desplazamiento nos lleva de un discurso establecido hacia una zona de construcción basada en la comunicación como expresión de un encuentro potente que alude necesariamente al mundo de los signos representados por el lenguaje y a la salida de ese mundo a través de otras semióticas como el gesto, el tono, el poder de afectar y de ser afectados que produce acontecimientos o sucesos en los cuerpos,transformándolos. Lo que cambia es el supuesto que la comunicación pasa sólo por el lenguaje y sus representaciones del mundo.

www.youtube.com/watch?v=NSFkiy2aGgI

www.youtube.com/watch?v=vB-jY6-9EGc

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